San Simón, un queso que merece nombre de santo.

Por Queixos Brigantia

Si nos preguntáis, os diremos que todos los quesos son una bendición. Pero uno al que le seremos especialmente devotos, es al San Simón.

Este queso tiene una historia tan increíble como su sabor. Y es que su elaboración se remonta a la Edad Media, específicamente en los montes de la Sierras de A Carba y de O Xistral. Este producto adquirió tal valor, que empezó a ser utilizado como forma de pago. Y sí, sabemos lo que estás pensando, a nosotros también nos gustaría que nos pagarán con un poco de queso.

Al igual que el Queso Tetilla, el San Simón se elabora únicamente con leche proveniente del ordeño de vacas de la raza rubia gallega, frisona o pardo alpina. Para conseguir su sabor particular, se debe seguir una receta tradicional, una vez extraída la leche y pasteurizada, se procede a fermentar añadiendo el cuajo. Luego se lleva a unos moldes que le dan esa forma única, y se prensa durante unas horas. Luego, se deja al tiempo hacer su trabajo, con entre 45 y 50 días de maduración. Una vez pasado este tiempo, se procede a ahumarlo durante 6 horas con madera de abedul, lo que le termina de dar ese sabor y aromas tan peculiares e irresistibles.

Y es que la paciencia tiene sus frutos, porque el resultado nunca pasa desapercibido. Es por esta razón que este queso cuenta con un DOP y miles de seguidores que hacen que la producción llegue a 400.000 kilos al año.

La corteza tiene un aspecto liso, parecido a la cera, brillante, de color pardo y una textura dura que tiene entre 1 y 3 milímetros de espesor. En el interior te encontrarás con una pasta semidura y cremosa. El sabor es suave, poco salado, con un toque picante y su característico aroma a humo de abedul.

Si tú también quieres unirte a los devotos del San Simón.