Queso de Tetilla,
el más gallego de los quesos.
Pocas cosas nos definen tanto como nuestras tradiciones. Y cuando se trata de la tradición del queso, una de las que mejor habla de Galicia es el Queso Tetilla. Se dice que el origen de esta elaboración puede remontarse hasta el siglo I, así que es probable que este tipo de queso se haya empezado a consumir en nuestras tierras hace casi 2000 años. Sin embargo, el primer testimonio contrastado e irrefutable de este tipo de elaboración del queso data de 1753, cuando más de un personaje de renombre lo enviaba desde Galicia hacia el resto de la península como muestra de afecto.
Pero a pesar de que no podamos determinar la antigüedad de este producto, el Queso Tetilla se ha convertido en unos de los principales exponentes de la gastronomía gallega y es además uno de nuestros quesos con DOP.
Para elaborar este queso se utiliza la leche natural integra, únicamente del ordeño de vacas de la raza rubia gallega, frisona o pardo alpina. Esto garantiza que el resultado final sea ese producto de características únicas que no deja a nadie indiferente.
Además, en ese proceso no se utilizan ningún tipo de conservantes, ni inhibidores, ya que se busca seguir el método tradicional tanto en la elaboración como en la maduración y conservación.
El resultado final es un queso con una corteza que está a la vista, que es elástica y no demasiado amarilla. Dentro, debemos descubrir una pasta blanda, cremosa y uniforme, con un olor suave y ligeramente ácido y un sabor mantecoso, suavemente salado y con una acidez deliciosa y sutil.
Sí, no podemos saber si este queso empezó a elaborarse hace 2000 años o hace 270, pero de lo que sí estamos seguros es que el Queso Tetilla y su forma particular, seguirán siendo protagonistas de nuestra gastronomía durante muchos más siglos.
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